Texto: 57 de 81
De Tao emanan la tranquilidad, la armonía y la justicia.
Pero entre las personas están la astucia, la avidez, el engaño y la violencia...
Es posible entrar en Tao sólo a través de la no acción.
Cuando las personas buscan acumular muchas cosas innecesarias, se empobrecen espiritualmente.
Cuando se producen demasiadas armas, inevitablemente, se incrementa la delincuencia y surgen los motines.
Cuando los artesanos diestros concentran todos sus esfuerzos en la creación de los objetos materiales de valor, los fenómenos milagrosos dejan de ocurrir en el país.
Cuando las leyes y las represiones se vuelven demasiado severas, la oposición y el número de personas descontentas crecen.
Por eso la persona sabia se aparta de la vanidad y deja que todos los acontecimientos ocurran sin su participación directa.
Hay que empezar los cambios en uno mismo.
Yo procuro alcanzar el silencio y la tranquilidad interiores y los demás, observándome, se calmarán.
No busco poseer muchas cosas materiales y las personas a mi alrededor empiezan a satisfacerse con poco.
Vivo sin apegos terrenales ni pasiones y la gente a mi alrededor llega a la sencillez y naturalidad de la vida.
Se acepta la voluntad para mantener este sitio.
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Tao Te Ching de Lao Tsé